El jardín es el corazón de esta casa, que se organiza alrededor de él y al cual confluyen todas las vistas. Un pequeño vergel orientado al mediodía casi invisible al exterior, que se plantea como extensión natural de un salón y como fondo visto a través de la chimenea, a la vez que sombreado por una pérgola que en poco tiempo será cubierta por una incipiente parra. La luz cálida de la tarde baña el interior convirtiéndolo en un espacio alegre y acogedor.