Solana y umbría en La Concepción

En las tardes de invierno, el sol declina con rapidez y una dulce melancolía se adueña del vergel de La Concepción. Un manto de sombras cubre la umbría del jardín antiguo, bajo cuyas copas el verdín se adhiere a superficies horizontales y verticales, mientras en la bóveda verde resuena el canto de los pájaros. A partir de cierto momento, los humanos comienzan a asumir que su presencia resulta ya ajena al lugar y abandonan la espesura, dejando el terreno expedito a la fauna y flora del lugar, y quién sabe si a otras criaturas míticas asociadas a las arboledas ancestrales: náyades, dríades y tritones. El templete mirador, con el Mediterráneo como fondo y bañado por un tibio sol vespertino, constituye entonces un recurso de lo más oportuno: una escenografía balsámica con la que disfrutar de un postrer alto en el camino antes de abandonar la finca.


Publicado en Diario SUR el 09/02/2020.

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