La calle que no fue

En Málaga hay dos calles que, sobre el tablero de dibujo, estaban destinadas a convertirse en una sola. Su tramo sur se llama Charlie Rivel y tiene salida a Cortina del Muelle; el norte se llama Afligidos y se asoma a calle Císter. El proyecto es hijo de los planteamientos higienistas del siglo XIX, cuyo producto más señero es calle Larios. Como puede verse hoy, los dos extremos llegaron a materializarse, atirantándose las fachadas respectivas e iniciando incluso su prolongación hacia la plaza de la Merced. Un obstáculo situado en el centro los condenó a quedar inconexos: la casa taller de Pedro de Mena, ahora restaurada exquisitamente por el arquitecto Francisco González para el Museo Revello de Toro, de la que ya se ha hablado aquí en otra ocasión. Su supervivencia, pues, raya el milagro.


Publicado en Diario SUR el 26/09/2021.

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