Justicia poética en calle Marqués
Cuando el instalador de la chimenea de extracción de humos hubo de concretar el mejor trazado para el conducto, quizá se dejase influir en su decisión por la presencia previa de un antiguo bajante visto de cerámica en la fachada lateral. Así, al colocar el suyo junto al viejo, puede que albergase la ingenua esperanza de que tan intrusiva novedad fuera a pasar desapercibida. Desde entonces, los efluvios del asador de pollos comenzaron a cruzarse en su ascenso a las alturas con un agua de lluvia que descendía hacia las entrañas de la tierra. Hasta que un día, en un giro inesperado del guión (que algunos considerarán un acto de justicia poética) el asador de pollos pasó a alojar un comercio dedicado a la venta de productos ecológicos, dejando al tubo de marras vacío de contenido y convertido en un mero vestigio de glorias pasadas.
Publicado en Diario SUR el 11/04/2021.