Hola, 2021.

Envidio a quienes han despedido el 2020 con un sereno balance de lo que de bueno y de malo les ha reportado; en mi caso, el año acabó con la sensación de un ejército que se retira en desorden tras una batalla. El amanecer del nuevo, en cambio, proporciona la calma necesaria para agradecer todo lo recibido durante este tiempo.

El año pasado supuso algunos planes malogrados, otros aplazados y, lo que es mucho peor, algunas pérdidas dolorosas e irreparables. Sin embargo, también aportó algunas satisfacciones notables. Entre ellas, dos reconocimientos a mi trabajo que me han llenado de orgullo, como son:

En el mes de junio también llegó la anhelada acreditación oficial para la docencia universitaria, tras muchos esfuerzos; y durante este curso académico continuó mi tarea investigadora en el seno del grupo HUM-976 Expregráfica. Lugar, Arquitectura y Dibujo y la impartición de clases magistrales a los alumnos de Expresión Gráfica Arquitectónica de las escuelas de Arquitectura de las universidades de Sevilla y Málaga.

A pesar de lo anómalo de la situación, también he podido ver expuestos mis dibujos:

No ha sido unos meses pródigos en viajes pero, a pesar de ello, he tenido ocasión de estar presente en Compostela Ilustrada y en Lisboa para hablar de dibujo, arquitectura y paisaje. Y, ya en casa, el privilegio de tomar parte como colaborador en uno de los maravillosos talleres organizados en el Jardín de la Concepción por En positivo Psicólogos, o dirigir algunas de las rutas ex-céntricas programadas por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga.

Como arquitecto, he tenido la fortuna de ver renovada la confianza de unos clientes estupendos, a pesar de las circunstancias adversas, para desarrollar proyectos estimulantes y enriquecedores, especialmente aquéllos en los que el encargante no es un intermediario sino el destinatario final, y el encargo es modelar sus sueños en la forma de una nueva casa, un nuevo hogar.

Por último, pero no menos importante, debo agradecer a Diario SUR y La Opinión de Málaga la oportunidad de seguir llegando con mis artículos a muchas personas de una forma totalmente libre.

Ah, y el 2020 también me trajo un regalo que llevaba tiempo queriendo / necesitando: una página web, cuyo artífice es Nono Martínez Alonso.

Sólo me queda desear que los vientos nos sean propicios en 2021. ¡Que tengamos todos una travesía venturosa!