El río de la ciudad

De vez en cuando, el Guadalmedina nos hace un regalo impagable: trae el murmullo del agua corriente al centro de Málaga. Sin ir más lejos, esta misma semana hemos podido contemplar tan insólito espectáculo; como después de cada episodio de lluvias intensas, el río de la ciudad –pues tal es el significado literal del topónimo– nos recuerda su condición de cauce fluvial, y lo hace en la forma de un torrente de agua legamosa que provoca el regocijo tanto de la avifauna local como de los homínidos que transitan los paseos de ribera que aquí reciben la peculiar denominación de pasillos. Mañana volverán grafiteros y acróbatas del monopatín a ocupar su lecho hormigonado y seco, pero, al menos por hoy, nos es concedida la ensoñación de un río que recupere sus cualidades primigenias, en cuyos márgenes poblados de mimbreras el martín pescador pueda acechar a su presa sumergida.


Publicado en Diario SUR el 17/01/2021.

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