Confinamiento vulnerado

Los árboles se rigen por escalas temporales diferentes a las de los humanos; su longevidad es mucho mayor que la nuestra y eso los convierte en ganadores cuando de carreras de fondo se trata. Por ello, en el caso del ficus de la antigua Casa del jardinero mayor del Parque, su tenacidad le ha reportado un triunfo. Es conocida la tendencia de los ejemplares de su especie a lanzar raíces aéreas a cierta distancia del tronco, que acaban por convertirse en contrafuertes una vez alcanzado el suelo; y hace algunas décadas que nuestro ficus decidió arraigar una de ellas en lo que en aquel momento era una calzada asfaltada, más allá de la verja del jardín en que permanecía confinado. Con el tiempo, sucedió lo impensable: la calle fue peatonalizada y un alcorque acoge hoy en plena acera a aquella temeraria raíz aérea. Otras siguen su camino.


Publicado en Diario SUR el 09/08/2020.

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