Con cuatro duros

El Sr. Pomares, concejal de Urbanismo de Málaga, ha impartido un curso avanzado sobre cultura arquitectónica destinado a doctores en historia del arte, arquitectos, geógrafos, concejales de la oposición e iletrados de pelaje similar. Lo ha hecho en su intervención en la Comisión de Ordenación del Territorio, durante la cual aportó argumentos irrefutables acerca del «irrisorio» valor del palacete de los condes de Benahavís: es un edificio «hecho con cuatro duros», por tanto no merece la condición de BIC. No se puede proteger un edificio porque en él haya dormido alguien famoso, ha dicho. Así, el interés del patrimonio edificado no se mide en armonía de proporciones, equilibrio compositivo o singularidad de traza, sino que se sustenta en cuestiones más elevadas: que esté costeao, patrón de medida similar al utilizado por unos conocidos míos. «Esto está costeao» es la expresión con la cual muestran su aprobación al visitar un lugar de ornamentación exuberante y terminado con materiales costosos.

He leído con preocupación las declaraciones del concejal. No porque me parezca que destilen zafiedad o indigencia intelectual, sino porque caigo en la cuenta que a 200 metros de La Mundial hay un edificio hecho con pocos medios, que albergó una vieja pensión, sin arquitecto conocido y en el que ni siquiera durmió nadie famoso: sólo gente humilde y bestias de carga. Hoy está cercado por solares y edificios más altos. Se llama Mesón de la Victoria, alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares y –sorpresa– está catalogado como BIC, con tipología jurídica de monumento. Como la Catedral. Desde 1964. Y qué demonios, a su solar se le podría sacar mucho más partido, creando riqueza y puestos de trabajo. Por favor, que no se entere el concejal. Igual se le ocurren ideas perversas e intenta descatalogarlo. Total, se hizo con cuatro duros.


Publicado en La Opinión de Málaga el 23/07/2016.

Puedes leer el original aquí